A veces resulta extenuante vivir. Hay momentos de sufrimiento, cansancio y dolor, sin embargo en el camino de la vida hay seres humanos que tienen el don de alentar e inspirar, centrados en el corazón, para que no olvidemos sonreír y seamos capaces de descubrir que está en nosotros generar instantes de paz, amor y alegría. Esa es la propuesta de Anneris Delasay, una hermosa y sensible mujer que con su “Taller del Humor” se dedica a que los jubilados vuelvan a jugar, crear y compartir, a partir de sintonizar con el energizante poder de la energía positiva.
Lúcida, coqueta, activa, divertida y creativa, así es Anneris, quien el 23 de diciembre cumplirá 79 años, pero anda y se mueve por las calles de Olavarría como si tan sólo tuviese 60 primaveras. Es toda una reina. Por donde va contagia optimismo y ganas de vivir, por eso Está Bueno que la puedas sentir a través de estas palabras.
“Lo importante en la vida es buscar y pensar qué tengo yo que Dios me ha dado. Hay gente que no puede ver, no puede caminar y no puede mover las manos, por eso les recuerdo que valoren lo que sí tienen. La clave para estar bien es descubrir qué es lo que tengo de millonario. Y de millonario tengo, por ejemplo, la sonrisa para poder alegrar, la vista para contemplar, las manos para poder acariciar, abrazar y decirle al otro que va a salir adelante. Valorar todo eso te ayuda a sentirte bien”, así comenzó nuestra charla con Anneris, quien se declara una apasionada por los sombreros. Tiene más de 200 y no por el simple hecho de coleccionarlos, “a los sombreros me gusta usarlos”, dijo con entusiasmo.
Hoy los sombreros y su impecable Citroen 2CV azul (que compró en el año 1967 cuando fue nombrada Directora de la Escuela 9 de Santa Luisa) constituyen sus dos signos distintivos, al que también hay que sumarle la buena vibra que irradia.
Fuimos a visitarla para que nos cuente la invalorable tarea que con tanto amor y dedicación viene haciendo con los jubilados, pero al verla tan jovial no pudimos evitar preguntarle cómo hacía para lucir tan bien: “Ni bien me levanto, todas las mañanas medito y si puedo también rezo el rosario. A la noche también rezo, pero antes de dormir leo los chistes de Notas Breves para irme a dormir contenta, ya que siempre elijo ver el lado positivo de la vida”, sostuvo.
Sus claves para estar bien nos gustaron, pero más no encantó escuchar lo que le pide a Dios por las noches: “Cada noche le pido a Dios que donde yo vaya pueda llevar alegría, paz, humor y amor”. Anneris es un “agente multiplicador” de esos cuatro elementos fundamentales para que la vida sea un fiesta, por eso todos los que la conocen saben que compartir un ratito de su mundo es una gran bendición, porque ella siempre inspira a ir por la vida con una enorme sonrisa.
Nacida en Casbas, partido de Guaminí, llegó a Olavarría el 10 de enero de 1960, junto a sus dos hermanas, cuando tenía 24 años. Vino a trabajar como docente en la escuela primaria, porque su papá Eduardo llevaba dos años radicado en nuestra ciudad, en donde tenía el kiosco “El Gitano”.
Cuando le preguntamos qué la impulsó a crear el “Taller del Humor”, Anneris se remontó a sus raíces: “Vengo de familia italiana, de la zona de Macerata, en donde siempre fuimos de disfrazarnos y divertirnos muchísimo desde muy chicos, así que me crié en un ambiente muy alegre y festivo, al punto que cada 31 de diciembre, ni bien sonaban las campanas del primero de año, presentábamos la revista de la familia en donde recopilábamos todo lo que había sucedido durante el año, en joda. También nos caracterizábamos por juntarnos a comer y cantar, readaptando las letras de las canciones conocidas para que queden graciosas. Yo salí a mi tía Antonia Teresa Gandolfo de Passi y a mi nona Assunta Maggini de Gandolfo, ellas fueron las que marcaron en mi vida la impronta del humor”.
“Toda mi juventud fue muy muy alegre” subrayó, y también indicó que el teatro tuvo gran protagonismo en su vida, ya que su papá y varios de sus tíos actuaban.
Su espíritu entusiasta hizo que en el 2007 no dudara en participar del taller de la risa que en Capital Federal dictaba la actriz Liliana Pécora, y un año más tarde sus ganas de ayudar a los jubilados la llevó a proponerle a las autoridades de PAMI su “Taller del Humor”, que actualmente dicta en los dos Centros de Jubilados que dependen del PAMI (San Vicente y Asociación Mutual de Jubilados y Pensionados de la 9 de Julio) y también en Loma Negra y Espigas.
“Decidí crear el Taller del Humor porque veía que los jubilados estaban muy tristes y en muchos casos solos, y me propuse ayudarlos, sobre todo porque ellos se sienten mal porque les cuesta adaptarse a esta vida, pues están viviendo en una sociedad en donde los valores humanos se van perdiendo”, nos explicó.
“Tener arrugas y que te falte algún diente eso es un accidente -remarca Anneris en sus encuentros-, pero arrastrar los pies eso es vejez, por eso en mis talleres no les dejo que arrastren los pies ni de casualidad, y les teatralizo la manera en que se ven para que cambien. `Todas somos reinas´, les digo y les pido que lleven sus hombros hacia atrás para que caminen bien erguidas”.
Como muchos de los asistentes a su taller superan los setenta años, la muerte no es un tema que se excluya, por eso también aborda esa temática desde el humor y les dice, entre otras cosas: “Por favor, no se vayan a olvidar, el primero que llegue arriba nos guarda un espacio para el Taller del Humor, porque no quiero llegar y encontrarme con que no tenemos lugar”. Así, entre risas y buena onda, Anneris hace que la vida de muchos recupere su brillo.
“Todos, en mayor o en menor medida, tenemos problemas, sin embargo durante las dos horas que dura el taller dejamos los problemas en la puerta para poder disfrutar. Yo vivo para dar y ayudar a que los abuelos se sientan felices, porque hay tanta soledad, tanta patada dada en el traste por la sociedad, la justicia y los médicos, que está bueno ayudarlos a que recuperen las ganas de vivir”, comentó.
En su “Taller del Humor” Anneris utiliza muchísimos elementos. Lleva títeres que emiten sonidos para que la gente venza la timidez jugando, también tiene un verdadero arsenal de máscaras, maracas y sombreros. Cuenta, además, con un rico cancionero y un equipo de música que le permite llevarlos a recorrer distintos estados de ánimo, pues por medio de los sonidos los ayuda a relajarse, respirar y meditar. También los hace bailar y cantar con entusiasmo, mientras los anima a moverse a todo rimo.
Algunas veces programan salidas hasta el museo y también sus alumnos se llevan tarea para hacer en la casa. “Esto es lo que van haciendo mis alumnos” dijo muy feliz Anneris, mientras sacaba una gran cantidad de trabajos. “Observá esto por favor, mirá cuántos detalles, mirá todo el trabajo que se toman”, enfatizó con una clara expresión de admiración.
“¡Mirá lo que es esto, mirá lo que es esto, observá por favor!” repetía una y otra vez Anneris sonriendo, mientras nos mostraba con sumo orgullo las manualidades que iba sacando de una gran caja en donde atesora todo lo que sus alumnos hacen. Detrás de su emoción había profundas razones para que estuviese tan contenta. Anneris valora muchísimo cada trabajo que hacen los jubilados, no sólo porque se animan a realizar cosas que nunca hicieron sino porque sabe que cada manualidad son horas ganadas a la depresión. Es tiempo puesto en favor de la vida. Son instantes focalizados en el cambio, las ganas de renacer y sentir que se puede.
Contemplando los trabajos Anneris dijo: “Ellos me abrazan y me dicen `lo que vos lograste de mí no tiene precio´, y eso realmente me reconforta”. Así van generando un círculo de felicidad, del que muchas veces también participan los nietos cuando se alegran por lo que sus abuelos son capaces de realizar.
“La creatividad es todo, todo -sostuvo-, yo les hago trabajar el mate al por mayor. Por eso entre otras cosas les llevo diferentes elementos para que ellos desarrollen la imaginación creando con distintos materiales, que van desde fósforos hasta hojas de árboles y telgopor, todo sirve a la hora de crear. Sólo les doy consignas y ellos crean con cualquier cosa”. Pero el crear no sólo se limita a las manualidades, muchas veces improvisan obras de teatro en donde de tanto que se ríen no pueden continuar.
“Yo vivo las 24 horas pensando qué llevar a los talleres para que puedan sentirse mejor, por eso uso muchas herramientas, tales como la música, el arte, la teatralización y el humor. Pero hay un elemento que no puede faltar y es la creencia en algo superior, llámese como sea, porque es lo que sirve para poder apoyarse y tener esperanza en los momentos más difíciles”, puntualizó Anneris, para quien también es vital tener en cuenta el contacto físico, ya que la gente mayor forma parte de una generación en donde, en la mayoría de los casos, la demostración de afecto permaneció relegada.
“No sabés lo conmovedor que es cuando te dicen `hace mucho tiempo que no recibía un abrazo´. Todas esas son cosas que realmente hacen que uno sienta que el taller les aporta mucho”, indicó.
“En todo este proceso de ir llevando ánimo a la gente mayor yo me siento recontra feliz, porque la felicidad es lo que elijo para mi vida cada vez que opto por ver el lado positivo de la vida -sostuvo-, y si por lo que sea la cosa no viene buena, no me desespero y pongo en práctica una frase mágica, que dice: `Por algo será´. También soy de repetir `todo va a andar bien´, porque es una manera de tirar ondas positivas”.
Sobre el final de la entrevista, le preguntamos qué es importante para ella en la vida, qué otras cosas le gusta hacer, y también indagamos si siente que le quedó algo pendiente: “Para mí en la vida lo importante es la amistad, el amor y la familia. También me gusta mucho compartir, y el humor es fundamental, lo considero importantísimo porque es muy sanador. Me gusta bailar, cantar, me encanta el teatro y también estudiar. De hecho ahora estoy estudiando italiano, pero también estudié francés”.
“Lo único que me queda pendiente es escribir, pero escribir para mí, porque tengo cantidad de cosas que necesito sacar”, dijo Anneris, quien en diciembre de 1999 presentó “Naciste para volar”, un libro autoayuda, compuesto por textos cortos, cuyas enseñanzas de vida van acompañadas con sus correspondientes posologías (formas de tomar las enseñanzas para que hagan bien).
Anneris bien podría decir “confieso que he vivido”, pues su camino de vida ha sido muy prolífico, y si bien pasó muchos años en la docencia y vinculada a la cultura, siempre trató de ayudar a los jubilados. Muchos la recuerdan por su programa “Jubi Jubi” (en Radio Olavarría y también en la FM Sapiens), dedicado íntegramente a la tercera edad, pero son muchos más los que ahora la celebran y disfrutan en cada uno de sus talleres porque ahí pueden entrar en contacto con toda su humanidad.
Nosotros tuvimos la suerte de ir y presenciar uno de sus encuentros en la Asociación de Jubilados de la calle 9 de Julio. Ahí la vimos bailar, la vimos reír y la escuchamos cantar “La Bamba” y clásicos de Las Primas y Antonio Ríos, mientras todos formaban un trencito y hacían sonar sus maracas, hechas con tarritos de yogur y arroz, inundando de alegría la sala.
Nos divertimos al verla teatralizar y al oírla arengar para ahuyentar la tristeza. También nos emocionamos al sentir la calidez que irradiaba su voz al comienzo del encuentro, cuando les hizo cerrar los ojos y con mucha dulzura los invitó a tomarse de la mano y los guió hacia el corazón, para que puedan dejar el dolor y la negatividad de lado, llenándose de una bella energía que los hacía relajar, sentirse en paz y acompañados.
Al menos por ahora no hay otras personas que en Olavarría hagan lo mismo con los jubilados, sin embargo puede que no pase mucho tiempo más para que otros se animen, porque Anneris está haciendo escuela con su arte de inspirar. Ella es la reina del optimismo. Su emblema es el humor, pero también incluye el arte, el teatro, el baile y la introspección como elementos que suman para lograr los cambios que benefician a los cientos de abuelos que quedan cautivados por su magnética presencia.
Al igual que lo hace siempre, esta noche Anneris volverá a rezar y le pedirá a Dios “que donde vaya pueda llevar alegría, paz, humor y amor”. Desde Está Bueno damos testimonio de que eso que pide se le concede. Fuimos testigos de cómo a su paso la energía se aliviana, las sonrisas florecen, los rostros se iluminan, los cuerpos se relajan, la alegría se hace presente y se enciende el corazón : )
P.D.: Para todos los jubilados que sientan sumarse al taller que dicta Anneris, les contamos que ella está los días miércoles, de 15 a 17 horas, en el Centro de Jubilados San Vicente (ubicado en Las Heras y Vicente López); y los viernes, de 15 a 17, en el Centro de Jubilados 9 de Julio, situado en la calle 9 de Julio 3055 (entre Necochea y Dorrego). También está en Loma Negra el primer jueves de cada mes, lo mismo que en Espigas, pero en este último caso da el taller el primer lunes de cada mes.
(Fotos: Tomás Pagano)
En este video, del Canal Local, podés ver la entrevista que Claudia Bilbao le realizó a Anneris y a varios de los jubilados que asisten al «Taller del Humor»
Por último, como Anneris siempre inspira a que los jubilados se animen a ir por más y afronten nuevos desafíos, te compartimos este video que revela la conmovedora historia de estas dos hermosas abuelas que hicieron su primer viaje en avión. Realmente son encantadoras. No te lo pierdas : )
Sin palabras.Cuanto mejor viviríamos con muchas personas como Anneris. Se terminarían los antidepresivos. Hermosa nota.
Un gusto haber conocido tan bella persona y su grupo.Donde las tristeza de la vida quedan afuera cuando se entra a su taller MUCHAS FELICIDADES POR SACAR LO HERMOSO QUE SE TIENE GUARDADO ADENTRO Y A VECES SE CREE QUE NO SE PUEDE SACAR POR SER ADULTO MAYORES, NO VIEJOS DESCARTABLES. MUCHOS CARIÑOS
ANNERIS,GRAN LUCHADORA,MADRAZA,AMIGA Y HERMANA DE LA VIDA,MAESTRA ,TUVE EL PRIVILEGIO DE COMPARTIR TU TALLER DEL HUMOR,DONDE FUI RECIBIDA CON ALEGRIA Y AMOR,GRACIAS POR TU GENEROSIDAD, TU HUMILDAD ,FUI TESTIGO DEL TESTIMONIO DE TUS ALUMNOS QUIENES MANIFESTARON UN ANTES Y UN DESPUES DE HABERTE CONOCIDO .DIOS TE BENDIGA AMIGA.PIDO QUE TU LABOR SE DIFUNDA POR EL BIEN DE LOS ABUELOS QUE TANTO TE NECESITAN.GRACIAS AL POPULAR
Anneris, que gratos recuerdos tengo de ti, cuando eras mi superior el LU 32, fueron mis mejores años de juventud. Te deseo lo mejor, y agrego que se te ve muy bien. Felicidades
Excelente mujer…muy buena nota. Estoy muy agradecido a Anneris, porque me ayudo y mucho en mi primer libro sobre biografías de Olavarría. Simplemente GRACIAS