La manera más sensible y hermosa de celebrar el Día Mundial de Medio Ambiente es sumando conciencia, es religando, es poniendo amor en cada acción, es bailando, es festejando, es siendo Uno con la Madre Tierra, es vibrando alto y fuerte desde el corazón. Todo eso se dio en Olavarría. ESTA BUENO estuvo ahí para contártelo, y así ayudar a expandir el pulso cristalino que emitieron cerca de mil chicos disfrutando en el CEMO de un montón de actividades simultáneas que estuvieron planteadas con mucha creatividad, durante una jornada educativa intensa cuyas raíces son las bases de una nueva conciencia que honra la vida.
La mañana arrancó fresca, muy gris, y con un Sol cuya presencia se extrañaba. Sin embargo, ni bien Eva Ormazaval inició el evento pidiéndole a todos los chicos que se tomaran de la mano y formaron un inmenso círculo algo comenzó a cambiar. Con voz muy dulce, calma y clara, les dijo: «cerramos los ojos, respiramos bien hondo, hacemos silencio y sentimos a la Madre Tierra… le agradecemos por cuidarnos y extendemos los brazos imaginando que le damos un inmenso abrazo lleno de amor». Ese fue el primer pulsar que a través de los pies ancló en el CEMO una energía diferente, y dibujó en cada rostro una sonrisa que iluminó el lugar. Miramos a través de las ventanas, pero el día seguía nublado.
Sin que mediara pausa, la música de Axel comenzó a sonar y todos en ronda empezaron a bailar desatando una ola de energía cristalina. Escucharlos cantar y al mismo tiempo danzar, mientras repetían muy felices partes de los estribillos que decían «Yo soy lo que soy, no soy lo que ves», «somos tan distintos e iguales», «todos somos uno con los demás: la piedra, el río, el cielo y la flor, todos somos uno», fue otro nítido pulsar, que además de emocionar, claramente iluminó el lugar. Nuevamente miramos hacia afuera, y todo era muy gris.
A medida que la música fue cambiando, las palmas extendidas y los giros hacia un lado y el otro hicieron que el gran círculo inicial se transformara en cientos de espirales que transportaban el eco de las risas por todos los rincones, haciendo que la buena energía se volviese contagiosa. De nuevo, todo se volvió a iluminar, pero ya no miramos por la ventana. No hacía falta : )
Si la danza resultó mágica y logró movilizar, todo lo que vino después fue como sacado de un cuento de hadas. Simultáneamente se realizaron una gran cantidad de actividades, que si bien eran muy variadas, compartían una misma esencia que estaba sustentada por valores humanos puestos al servicio de cuidar el medio ambiente.
Vimos cómo los chicos aprendían a reciclar haciendo baleros, autos y binoculares con botellas de plástico y rollos de papel higiénico. La tarea no solo incluía crearlos, también tenían que pintarlos para dar lugar al arte. Los vimos moldear arcilla e imprimir dibujos precolombinos. Los vimos jugar a ser sapos, langostas y serpientes, para luego tomar conciencia de los desequilibrios que se generan si se altera el ecosistema. Presenciamos cómo eran capaces de tejer con sus dejos y luego crear con las lanas hermosas flores y mariposas. También los vimos aprendiendo a clasificar materiales. Nos divertimos al verlos en juegos de sincronización por equipos, en donde sin caerse de largos esquíes que les permitían ir de a tres, tenían que responder si la palabra que tenía escrita en un papel se correspondía con elementos orgánicos o inorgánicos. Fue mucho todo lo que se hizo para abarcarlo en pocas líneas.
Sobre las paredes había detalles de corazones y grullas hechas con origamis y mariposas tejidas al crochet. Todo el CEMO fue un gran despliegue de juegos, arte, conocimiento, destrezas y valores, focalizados en un claro mensaje ecológico que ayudaba a tomar conciencia de que el cambio lo hacemos todos, sumando nuestro aporte. Y como por si lo que acontecía dentro del CEMO fuese poco, afuera estaban los camiones de recolección de residuos de Transporte Malvinas para que los chicos vean cómo funcionan, y en el marco de lo que implica la responsabilidad social podían ver en acción la segunda Campaña de Recolección de Residuos Electrónicos en el predio del CEMO (la campaña fue un éxito).
Si el miércoles en la nota «Olavarría despierta» (con la reflejamos la marcha #NiUnaMenos), te dijimos que los olavarrienses ya no están dispuestos a seguir vibrando en el miedo ni quedarse anclados en el dolor, la celebración de hoy confirma que las nuevas generaciones tampoco. Ellos son los hombres y mujeres que en pocos años más plasmarán en sus trabajos y relaciones lo que hoy sintieron. ¿Sabés qué sintieron? Sintieron amor. Sintieron respeto. Sintieron que son Uno con la Madre Tierra. Sintieron que se puede crear a partir de lo que otros desechan. Sintieron que bailar y cantar de la mano es más alegre y divertido que hacerlo solos. Sintieron que había profesores y docentes que estaban dispuestos a mostrarles diferentes caminos que conducen al florecimiento personal y el equilibrio con la naturaleza
¿Te estás preguntando cómo sabemos lo que los chicos sintieron? Porque los vimos felices, porque los vimos aprendiendo mientras sonreían, porque los vimos dichosos de mostrarle a sus amigos lo que iban creando, porque vimos que muchos elegían pintar corazones, pero por sobre todo lo decimos porque nosotros también lo sentimos, ya que cuando se comparte un lugar tan grande, junto a tanta gente con ganas de ayudar a que el mundo sea distinto, resulta imposible abstraerse de lo que de manera colectiva se siente, y lo que nosotros sentimos se puede sintetizar en una sola palabra, escrita en mayúscula: AMOR.
(Fotos: Tomás Pagano)
Complementando todo lo que aconteció en el CEMO, en el contexto de la celebración del Día Mundial de Medio Ambiente también se realizó una actividad en el Centro de Convenciones para toda la comunidad denominada «Emprendiendo, siendo y haciendo», en donde emprendedores locales contaron sus experiencias sobre los diferentes emprendimiento que vienen impulsando para ayudar a generar una realidad más armónica y sana.
El cierre de la jornada estuvo a cargo del reconocido chef Martiniano Molina, que habló sobre «alimentación saludable y alimentos orgánicos”. Minutos antes de realizar su presentación, Martiniano tuvo la amabilidad de decirnos qué es lo que ESTA BUENO para él. Escuchalo:
Acá te dejamos el link de El Popular para que puedas conocer más detalles de lo vivido.
Esta es una de las canciones que los chicos cantaron mientras bailaban de la mano : )