Diez años de abrazos, misiones y solidaridad: la comunidad juvenil del Cenáculo entre fe y acción

Diez años de abrazos, misiones y solidaridad: la comunidad juvenil del Cenáculo entre fe y acción

El 7 de noviembre de 2014, un grupo de jóvenes se reunió por primera vez luego de un retiro espiritual conocido como Cenáculo, en la parroquia San Vicente de Olavarría. Desde entonces, la comunidad de jóvenes cristianos ha crecido y ha marcado la vida de quienes han pasado por sus actividades. La comunidad, conocida como Comunidad de Jóvenes del Cenáculo, surge del deseo de vivir la fe en comunidad y de llevar el mensaje cristiano a otros jóvenes.

El retiro del Cenáculo es el corazón de esta comunidad, un espacio en el que jóvenes de todas partes participan en una experiencia de fe de joven a joven, abordando temas relevantes para ellos desde una perspectiva cristiana.

Es un espacio de fe que se vive en comunidad, porque la fe del cristiano no se puede vivir solo, sino acompañado

expresa Sil Barili, una de las coordinadoras de la comunidad.

Vale la pena mencionar que el espacio es autogestivo, generando diversas actividades para obtener los recursos económicos necesarios para enfrentar los gastos que suponen todas las actividades que se llevan a cabo. Entre las actividades se encuentran eventos solidarios, festividades parroquiales y la colaboración en misiones comunitarias. Este enfoque permite a los jóvenes involucrarse de manera más profunda en la organización de las actividades, fomentando un sentido de responsabilidad y comunidad.

A lo largo de los años, los jóvenes han organizado actividades de misión en distintos barrios, llevando no solo la palabra de Jesús, sino también alegría y solidaridad. Entre sus actividades se encuentran la categorización de juguetes para los más pequeños, eventos festivos con stands de música, arte y juegos, donde la comunidad ha dejado una huella de esperanza y servicio.

Recientemente, para celebrar su décimo aniversario, los jóvenes han solicitado al Concejo Deliberante que declare la celebración de interés legislativo. Este pedido busca reconocer la importancia del impacto social que la comunidad ha tenido en la ciudad, no solo a nivel religioso, sino también como agentes de cambio en la vida cotidiana de las personas.

El paso por la comunidad marca la vida de los jóvenes, quienes, más allá de las etapas que transitan, llevan consigo los valores aprendidos en este espacio. El Cenáculo y la vida comunitaria se han constituido como hitos importantes para muchos de ellos, ayudándoles a formar su carácter y a mantener un vínculo con la fe y la solidaridad. Los jóvenes que han pasado por este espacio comparten la experiencia de haber encontrado un entorno seguro donde pueden expresar sus inquietudes, compartir experiencias con sus pares y construir relaciones basadas en el respeto y el aprendizaje mutuo.

El sentido de comunidad se refleja en las diversas formas de servicio que los jóvenes eligen dentro de la parroquia. Algunos se dedican a dar catequesis de confirmación, mientras que otros participan en el ministerio de la música, animando las misas y celebraciones.

Lo más importante es que los jóvenes buscan su lugar en la parroquia, siempre con la mirada puesta en el otro y en cómo servir

El espacio del Cenáculo se ha consolidado también como un ámbito de formación en valores, promoviendo el respeto por uno mismo y por los demás, el sentido de comunidad y el compromiso. Es un lugar donde los jóvenes aprenden la importancia del servicio, del compartir, y del impacto positivo que pueden tener en la vida de los demás. Se trata de una comunidad que no solo enseña la fe, sino que la vive de manera activa, transformando tanto a quienes participan como a los que son tocados por su labor.

Entre las actividades más recientes, destaca una campaña en la que los jóvenes salieron al centro de la ciudad con carteles ofreciendo “abrazos gratis”. La respuesta de la gente fue cálida y entusiasta, demostrando una vez más que la fe se puede expresar de formas creativas y alegres, como es el caso de esta comunidad que ha decidido llevar el Evangelio a través de la alegría.

La comunidad del Cenáculo no solo ha sido un espacio de encuentro religioso, sino que ha dejado una marca profunda en la vida de quienes han participado. Para muchos, el retiro es un antes y un después en su vida espiritual. Cada año, los jóvenes también participan en actividades diocesanas como la peregrinación a Luján, un momento de fe y comunidad que comparten caminando juntos desde Moreno hasta destino.

Diez años después, la comunidad sigue creciendo, con jóvenes que buscan formas de servir y llevar a Jesús a los demás. Son lo más

Así concluye Sil Barili, orgullosa del compromiso de estos jóvenes que, con alegría y fe, continúan transformando su barrio y sus vidas.

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  1. Antonia Di Biase

    Qué bueno esos jóvenes qué se dedican a Dios a través del servicio a los demás. Alimentándose con la oración. La Eucaristía. La Adoración. El compartir con alegría ,entre ellos, la vida. Felicitaciones a los adultos qué le ponen Amor y Dedicación a la tarea de estar con ellos. Bendiciones

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