En una reciente entrevista, la olavarriense María Eva Ormazabal resaltó la importancia de poder contar con una educación biocéntrica, basada en el valor de la vida, que entre otras cosas incluya la escucha, la empatía, la ternura, el trabajo en equipo, el amor, el contacto, el vínculo y la sanación emocional, en un contexto educativo en donde también la permacultura esté presente. Por eso, siguiendo en sintonía con esa frecuencia, te queremos mostrar una escuela pública uruguaya totalmente autosustentable, en donde los docentes no dejan de sorprenderse por el amor que los chicos sienten por la escuela, el cual se manifiesta en cómo cuidan cada uno de sus espacios y en la manera en que se involucran en todas las tareas.
Poder contar con una educación pública que desde lo vivencial le enseñe a los chicos la importancia de ser sensibles con el ambiente en el que viven ya no es una utopía. Jaureguiberry, una ciudad de sólo 400 habitantes (ubicada a 80 kilómetros de Montevideo, sobre la costa del Departamento de Canelones) ostenta, desde marzo del 2016, el privilegio de ser la primera comunidad en Latinoamérica en contar con una escuela pública totalmente autosustentable: la Escuela N°294.
La idea de este crear esta escuela surgió de Tagma, una organización uruguaya sin fines de lucro, que llevó a cabo el proyecto junto con Eartship Biotecture, la empresa constructora de Michael Reynolds (conocido mundialmente como “El guerrero de la basura”).
La obra, que contó con el visto bueno de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), pudo concretarse gracias al importante apoyo de la empresa Nevex, que financió más del 80% del proyecto y se convirtió además en un socio estratégico apoyando puntualmente las tareas de comunicación de esta iniciativa: “Desde Nevex creemos que este modelo de escuela, innovadora desde sus cimientos, será un espacio de encuentro y aprendizaje para toda la comunidad, y que los niños que experimenten este estilo de vida, serán agentes de cambio fundamentales para la construcción de un futuro mejor para todos”, señalaron los directivos de la firma.
La escuela, que tiene una superficie de unos 270 metros cuadrados, se levantó en tan solo 8 semanas e involucró directa o indirectamente a más de 200 personas. Para su construcción se utilizó un 60 % de materiales reciclados (que incluyeron 2.000 cubiertas, 8.000 latas, 2.000 botellas de plástico, 2.000 botellas de vidrio y 2.000 metros cuadrados de cartón) y un 40% de materiales tradicionales.
Por sus características arquitectónicas, esta escuela permite liderar una educación en donde se promueve un ambiente en donde los niños crezcan rodeados de conceptos como la reutilización de desperdicios, el buen aprovechamiento de los recursos naturales y el respeto por el medio ambiente.
Esta escuela es totalmente autónoma en materia de consumo de energía. Está equipada por paneles solares y un banco de baterías que asegura el abastecimiento de una forma limpia y responsable con el ambiente. Además, en este establecimiento educativo realizan un tratamiento de las aguas grises y las aguas negras, reciclan los materiales de deshecho y la basura, y mediante sus techos el edificio captura el agua de lluvia (que se almacena en cisternas exteriores) para su posterior utilización, tanto en el edificio como en la huerta interior que fue diseñada para poder producir alimentos durante todo el año y aportar así a los almuerzos de los niños y el personal de la escuela.
Quienes participaron de su construcción señalaron que “primó la solidaridad, el trabajo en equipo y el aprendizaje constante”, y los docente están maravillados por la alegría con la que los chicos acuden a la escuela.
Te invitamos a seguir indagando sobre esta hermosa iniciativa mediante los links y videos que más abajo te adjuntamos, y también te dejamos picando esta pregunta: ¿Te gustaría que en Olavarría exista una escuela así?
(Fotos: facebook «Una Escuela Sustentable» + www.unaescuelasustentable.uy)
Así se fue construyendo.
En este video podés ver esta hermosa iniciativa en 360 grados : )
Así piensa y siente Michael Reynolds, el arquitecto visionario y rebelde que lleva más de 45 años rompiendo las normas de la arquitectura convencional, al que muchos llaman «El guerrero de la basura».
P.D.: Clickeando sobre la imagen se puede acceder a la web en donde se detalla cómo surgió esta iniciativa.
P.D1: Clickeando sobre la imagen se puede ingresar al mapa colectivo mediante el cual la red Reevo visibiliza los nuevos emprendimientos educativos que van floreciendo en todo el mundo.
P.D.1: Si el tema te interesó, te invitamos a conocer a María Eva Ormazabal, una olavarrienses que pulsa para que Olavarría cuente con una educación biocéntrica, basada en el valor de la vida, la cual implica, entre otras cosas, que en el ámbito educativo se incluya la escucha, la empatía, la ternura, el trabajo en equipo, el amor, el contacto, el vínculo y la sanación emocional. (Clickeando sobre la imagen se accede a la nota)
María Eva Ormazabal. (Fotos: Tomás Pagano)
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