Gustavo Belis es electromecánico de oficio y también un virtuoso dibujante que disfruta de su arte con todo el corazón. Creó un personaje al que llamó “Pistacho”, cuyas andanzas vuelca en una divertida y entretenida revista de historietas que lleva la impronta de Olavarría. Su trabajo merece destacarse no sólo por su calidad artística, sino también por la pasión, la dedicación y el esfuerzo que pone para sacar adelante la revista de la cual es autor, dibujante, guionista y distribuidor. Hace todo a pulmón y por más que apenas logra cubrir sus gastos, confía en que a la larga el que persevera triunfa.
Llegamos a Gustavo por medio del escultor Mariano Verón, uno de sus amigos al cual recientemente entrevistamos, y nos mostró las revistas. Nos parecieron tan buenas que lo quisimos conocer, así que lo llamamos y a los pocos días fuimos hasta su casa, donde nos esperó con mate y facturas.
A medida que nos fuimos acomodando, empezó a desplegar los diferentes trabajos que fue haciendo desde sus inicios como dibujante de historietas. De golpe sentimos como si estuviésemos asistiendo a un acto mágico. En un solo abrir y cerrar de ojos miles de horas de trabajo quedaron materializadas sobre la mesa. Aún no nos había contado nada sobre su historia de vida, pero ya teníamos en claro que las historietas eran su gran pasión.
Gustavo es más bien introvertido y silencioso, sin embargo cuando habla de “Pistacho de Olavarría” se llena de entusiasmo, porque es ahí donde durante los últimos años viene canalizando todas sus energías.
Comenzó a contarnos que cuando tenía 11 años iba a particular a aprender dibujo y pintura con Teresita Baudriz, pero lo que allí aprendía no tenía nada que ver con las historietas, sino más bien con las técnicas de dibujo en sí. “Empecé dibujando historietas a los 13 años -dijo-, en esa época me encantaba leer Patoruzú, así que decidí que estaría bueno empezar por ahí, copiando esa historieta, con la variante de que le hacía cara de pato. Luego comencé a dibujar al verdadero Patoruzú, recreando la historieta en cuatro hojas apaisadas. Hacía un promedio de una revista por mes, que contaba con una tapa a todo color y adentro inventaba historias que dibujaba en lápiz, así también fui dando mis primeros pasos como guionista”.
La dedicación puesta en la portada de sus primeros diseños era una clara señal de que, desde muy chico, Gustavo ya se perfilaba como una persona muy detallista a la hora de los dibujos.
“Todo esto es lo que nunca se vio de mi trabajo”, nos dijo sonriendo. Nos estaba mostrando sus raíces, los primeros trazos que luego lo llevaron a convertirse en autor, dibujante y guionista de su propia revista, y para nosotros era un verdadero honor poder ver sus progresos. Nos permitía dimensionar cuánta dedicación y entrega había en sus distintos trabajos, que iba desde el primer “Patoruzu”, con cara de pato, a su actual personaje “Pistacho”, que para la entrevista también lucía con orgullo sobre su pecho, en una remera estampada que le hizo uno de sus amigos.
Siempre tuvo en mente poder editar su propia revista, hasta que llegó el día en que juntó coraje y se animó. “La etapa de dibujar a Patoruzú se extendió hasta los 17 años, época en que sentí que ya era tiempo de generar mi propio personaje, así fue como comencé a dibujar a Pistacho en marzo del 2011”, explicó. “El nombre me parecía que iba perfecto porque sonaba gracioso y la idea era generar una historieta de humor”.
La fisonomía de Pistacho fue mutando con el tiempo. En el 2011 el dibujo llevaba la impronta de los dibujos de los años treinta, que inspiraba Dante Quinterno en las aventuras de Patoruzú. Sin embargo en la medida en que Gustavo se fue acercando a otras historietas, tales como Lupín, Asterix, Lucky Luke, por citar algunos ejemplos, fue encontrando nuevas inspiraciones que lo llevaron en el 2012 a realizar cambios gráficos en su personaje estrella. La última transformación la llevó a cabo en el 2013, cuando Pistacho finalmente tomó su forma actual, una vez que Gustavo encontró a su propio estilo.
“Quería crear un personaje que fuese distinto a todos -sostuvo-, por eso no busqué que tuviese super poderes, tampoco quería que vuele, coma o tome algo para ser más fuerte. Quería que fuese un personaje normal, pero que al mismo tiempo sea distinto a todos por su enorme corazón, su sentimiento de justicia sin violencia, su fuerza moral y su gran sentido del humor”. También agregó que “Pistacho es un personaje muy noble, y si bien se trata de una historieta, también promueve valores como la solidaridad, el respeto y la amistad y el perdón”.
Cuando le preguntamos si en Olavarría había más personas haciendo lo mismo que él, Gustavo señaló que “hay otras historietas y otros dibujantes a los que vale la pena destacar y felicitar por el trabajo que realizan, como es el caso de Gustavo Gil, con quien no sólo tengo una relación de amistad sino que también a veces realizamos trabajos en conjunto”.
Cabe reseñar que antes de volcarse de lleno a Pistacho, Gustavo formó parte durante un tiempo de Guardianes del Comic, una agrupación que nuclea a varios dibujantes de nuestra ciudad, y previamente (en el año 2011) asistió a un taller de historietas, de un año de duración, con Diego Pardo.
Pincel, pluma, tinta china y rotring son los 4 elementos que lo ayudan a hacer visible esta “historieta plena de sana diversión y cálidos personajes” que tiene un sello bien local, no sólo porque se llama “Pistacho de Olavarría”, sino también porque a Gustavo le encanta dibujar en sus aventuras escenarios de nuestra ciudad, como por ejemplo la Casa del Bicentenario, los puentes colgantes, el Aeródromo o la plaza central.
“Pistacho no te va a asegurar episodios de piñas y patadas, pero sí de carcajadas”, escribió Gustavo en una de sus revistas para que la gente fuese conociendo un poco más a Pistacho, de quien también dice que “su corazón, lleno de bondad, lo hace tan sensible como ingenuo y despistado”.
“Cuando quiero crear arranco por el guión, no soy de escribir textos largo porque me gusta darle más preponderancia al dibujo que al diálogo”, nos comentó, tras lo cual agregó que le gusta escuchar a Gustavo Cerati para inspirarse.
Su pasión por la historieta a veces lo lleva a vivir situaciones que salen de lo común: “Según el nivel de ansiedad que tenga por dibujar algo, me ha pasado que en sueños a veces veo las situaciones que voy a dibujar en forma de cuadros, incluso ya las veo en blanco y negro, tal como luego las termino dibujando”.
Gustavo estudió en la ex Escuela Industrial y luego pasó a formar parte del plantel de la empresa Ferrosur, donde actualmente trabaja como revisor mecánico de vagones haciendo turnos rotativos, y a veces también se las rebusca creando pedales para guitarras eléctricas.
Todo el proceso que lleva la edición de cada número le insume muchísimo tiempo, el cual no le sobra, por esos hace verdaderos malabares para tener el espacio necesario como para poder hacer todo lo que implica el proceso creativo, que no sólo consiste en dibujar. También incluye tareas tales como el armado de los guiones, la realización de los bocetos, el entintado, el escaneo, la aplicación de semitonos en forma digital y el diseño de las tapas. Lo único que no hace es la impresión, que se lleva a cabo en “La Matera”, pero posteriormente él mismo se encarga de distribuirla.
Gustavo tiene una capacidad de laburo increíble. Hace todo a pulmón, y al igual que su amigo Mariano Verón es un gran todoterreno. Mariano y Gustavo Gil fueron quienes más lo impulsaron para que se animara a editar su propio material. “Gustavo es mi mentor viviente -afirmó-, porque aprendo todos los días de él, con los trabajos que hace con su revista de aventuras Dionisio”.
Cuando le preguntamos qué sintió al publicar el primer número de su revista, fue bien expresivo: “El 3 de septiembre del año pasado imprimí la primera revista y no sé si será lo mismo, pero de alguna forma me sentí tan emocionado como el que tiene su primer hijo. Los primeros 30 ejemplares se los regalé a mis amigos y familiares”.
Como siempre sucede, cuando haya ganas y entusiasmo por mejorar, con el paso del tiempo se va aprendiendo. “El segundo número de Pistacho lo hice aplicando un método distinto -puntualizó Gustavo-, en el que en vez de hacer bocetos previos al original, comencé a trabajar directamente en los originales porque ya me sentía muchos más seguro, y de ese modo pude bajar los tiempos de elaboración de 8 meses a 3 meses para la segunda publicación. Y para editar la reciente tercer revista también me llevó 3 meses de trabajo, así que estimo que manejando esos tiempos editaré la revista de manera trimestral”.
Gustavo le da preponderancia a la imagen, y luego, con mucho cuidado y prolijidad, escribe los diálogos de la historia que él mismo inventa. En la medida que va terminando cada tramo de su obra, escanea el material y luego hace pequeños retoques en la computadora agregándole sombras o finos detalles que realzan aún más el excelente trabajo que realiza. Pocos se imaginan la cantidad de horas que hay volcadas dentro de cada número de Pistacho.
Gustavo hizo algunos sondeos para ver si alguna editorial se interesaba por sus publicaciones, pero aún no encontró una respuesta favorable. De todos modos no baja los brazos y persiste, porque él vibra, se ilusiona, ríe y baila dentro de sus historietas, a donde no hay lugar para el desánimo. Sabe que si puede mantenerse firme, en medio de la adversidad, dando siempre lo mejor en cada trazo, cuando la suerte cambie no habrá quién lo detenga.
A partir de hoy, tal vez quienes lean esta nota cuando pasen por el Revistero de Belgrano y Vicente López, por la Librería Cervantes (Urquiza 2353) o el Revistero de Rivadavia y Azopardo y vean la historieta de “Pistacho de Olavarría” la miren con otros ojos, y sientan que Está Bueno comprarla para disfrutar el maravilloso trabajo de este talentoso olavarriense que tarde o temprano se hará muy conocido, porque cuando se hacen las cosas de corazón y se pone mucho amor en la tarea, el reconocimiento llega, porque siempre el Universo premia a los que siembran la vida con sus mejores intenciones : )
(Fotos: Tomás Pagano + facebook de «Pistacho de Olavarría«)
Por último te dejamos algunos videos relacionados con los gustos personales de Gustavo. Comenzamos por «Lago en el cielo», canción de Gustavo Cerati, artista al que le encanta escuchar para inspirarse mientra realiza sus dibujos.
Un video de Patoruzú, personaje al que dibujó desde muy chico.
Emocionante nota!!! La tarea de Gustavo ya está en la historia de la HISTORIETA olavarriense! Y será además, un maestro para la gente más joven todavía que él, no sólo por su excelente obra, sino por su férrea determinación de concretar logros y sueños a toda costa en esta vida! Felicitaciones a los cronistas que realizaron esta entrevista!