Su nombre era “Kimba”. Estaba a punto de morir. Los veterinarios dijeron que no había esperanza. Sin embargo Javier Igoa se negó a que la “pongan a dormir” y la rebautizó: “Desde hoy te vas a llamar Esperanza, y vas pelear por tu vida”. Así comienza el increíble relato de un olavarriense que ama tanto a su perra que hace 4 meses la trajo en avión desde Estados Unidos para que pase sus últimos días en Argentina. Esta es la bella y movilizadora historia de un milagro llamado “Esperanza”.
«Esperanza es una reina» dijo Javier.
La tripulación de la empresa Delta también quiso tener un recuerdo de tan singular pasajera.
«A donde voy la llevo conmigo» (Javier).
Cada vez que habla de Esperanza se apasiona.
En el puente de la calle Hornos
En el aeropuerto de Atlanta (EE.UU.), por donde pasaba le sacaban fotos.
Llevando a Esperanza a que conozca el arroyo Tapalqué
Haciendo lo que más le gusta: disfrutar : )
Javier Igoa es un apasionado por los perros. «No los puedo ver sufrir», destacó.
Cero nervios en el viaje en avión.
Antes de viajar, recibió la bendición en el Día de San Francisco
Descansando en su barrio de la ciudad de Atlanta
Esperanza mira cómo duerme el pasajero de al lado : )
Javier nunca pierde la sonrisa
Mirando los ciervos.
Experimentando cómo se siente caminar sobre las hojas.
Al despegar el avión, Esperanza permaneció en el suelo muy tranquila.
El certificado que avala su bendición.
Disfrutando del parque Mitre.
Javier le sacó varias fotos durante el vuelo porque era un momento irrepetible.
Feliz de poder traerla a Olavarría.
Javier sólo perdía la sonrisa cada vez que recordaba los momentos duros que vivió Esperanza.
Foto con efecto «óleo» para ver cómo quedarían en un cuadro : )
Además de fotos, también filmaban a Esperanza.
“A Esperanza le hablo como quien le habla a un ser humano, y me le tiro arriba, la abrazo, estoy media hora besándola y haciéndole caricias. La trato como a una reina” (Javier)
Una atención de lujo : )
Curioseando.
La nieve no es lo que más le gusta, sin embargo su curiosidad es más fuerte.
Otra foto con efecto «óleo», pero esta vez ella sola : )
«Volveré a Estados Unidos sólo por dos semanas, porque este año quiero quedarme acá con Esperanza» (Javier).
No importa dónde esté, ella siempre está muy tranquila.
A pasear se ha dicho!!
“Yo ahora no puedo ver un perro abandonado porque Esperanza me enseñó a defenderlos» (Javier).
Esperanza también quería tener un buen recuerdo : )
Su espíritu alegre también lo ayudó a transitar los momentos duros de Esperanza
En el libro que Javier le dedicó a un viejo amor, también aparece mencionada Esperanza.
Una gran batalladora.
Para que no se canse, Javier le compró un carro para llevarla por el aeropuerto.
Descansando en Olavarría en el Parque Mitre.
Bien esa promo!!
Esperanza es todo lo contrario a lo que vos querés de un perro -subrayó Javier-, ella es como una reina que hace lo que quiere y te da bola cuando quiere, sin embargo de ella emana una sabiduría que te hace crecer».
«No sabés lo que le encanta pasear en auto» (Javier).
La reina en su carro.
Así lucía cuando era más joven.
Por los pasillos del aeropuerto
De mirada profunda.
«Siempre la llevé conmigo a todos lados» (Javier)
En un día de pesca.
Hambre no pasó : )
El aire fresco del campo le apasiona.
Siempre que puede explora porque también disfruta haciendo nuevos amigos : )
Promo 2!!
Esperanza pesa 65 kilos.
El viaje infaltable de cada día
El «polvo» chino que toma a diario para contrarrestar el cáncer.
El parque Mitre le encantó.
Ni bien Javier pone el auto en marcha, ella se sube.
Feliz de haberla podido traer con vida a Olavarría.
Realmente viajó muy cómoda en el avión.
Disfrutando de Olavarría : )
(Fotos: Tomás Pagano + facilitadas por Javier «El Vasco» Igoa)
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